La hepatitis A es un virus que infecta el hígado. Por lo general, es causante de una leve enfermedad y, a veces, puede generar complicaciones. La hepatitis A está afectando a cada vez más hombres que tienen sexo con otros hombres en Europa, incluida Irlanda.
La hepatitis A que se contrae al mantener relaciones sexuales se transmite por la práctica del beso negro o al ingerir algo que haya estado infectado con heces (caca).
La mayoría de las personas no nota síntoma alguno de hepatitis, sobre todo al principio.
Una prueba de hepatitis A consiste en un análisis de sangre que se utiliza para estudiar la reacción de tu cuerpo a las infecciones (anticuerpos).
A menudo, el tratamiento para la hepatitis A consiste en evitar la deshidratación y en asegurarse de que el nivel de sales en la sangre sea el adecuado. Además, a veces conlleva la administración de fluidos por sonda intravenosa en el hospital. No existe un tratamiento específico para la hepatitis A y, por lo general, se cura sola.
A diferencia de la hepatitis B y C, la infección por hepatitis A no provoca complicaciones en el hígado a largo plazo y rara vez es mortal. Puede causar debilitamiento y, en muy pocos casos, insuficiencia hepática aguda, que puede ser mortal.
Tanto la hepatitis A como la hepatitis B se pueden prevenir mediante vacunación. Las vacunas contra la hepatitis A y B son gratuitas, y puedes conseguirlas en cualquier servicio especializado en salud sexual. La mayoría de los centros utilizan una vacuna combinada que se administra en tres dosis y que te protege contra ambas infecciones, hepatitis A y B.