La hepatitis C es un virus que infecta el hígado.
Es mucho más difícil contagiarse hepatitis C por vía sexual, en comparación con la hepatitis A o B, pero cada vez más hombres que tienen sexo con hombres padecen esta infección.
Una forma de contraer hepatitis C es que la sangre infectada ingrese en tu torrente sanguíneo (contacto de sangre con sangre). Esto puede ocurrir al practicar penetración con el puño o con la mano (fisting) o penetración doble, o al mantener relaciones sexuales durante mucho tiempo y con varias parejas.
La forma principal de contagio es al compartir agujas.
Una vez que ocurre la infección inicial, alrededor de 8 a 10 personas no presentan síntomas.
Quienes presentan síntomas sufren de cansancio, fiebre, disminución del apetito, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orina oscura, heces (caca) pálida, dolor en las articulaciones e ictericia (coloración amarillenta de la piel y esclerótica en los ojos).
Si no se diagnostica y se trata a tiempo, la hepatitis C puede generar graves problemas en el hígado, como cirrosis o cáncer de hígado años después de la infección. Es importante que te hagas pruebas de detección de hepatitis C si crees que te has expuesto a algún riesgo.
Para evaluar si tienes hepatitis viral, se lleva a cabo un análisis de sangre con el objetivo de examinar la presencia de anticuerpos contra el virus que puedan haberse generado como reacción a la infección. Si están presentes, quiere decir que has estado en contacto con el virus y que te has infectado en algún momento.
En el caso de la hepatitis C, el personal del laboratorio estudiará el virus en sí mismo para determinar si todavía eres portador.
Actualmente, no existe una vacuna disponible para prevenir la hepatitis C. La prevención de este tipo de hepatitis depende de practicar sexo de forma segura y no compartir agujas.
There is currently no vaccination available to prevent Hepatitis C. Prevention of Hepatitis C relies on having safer sex and not sharing needles.