El objetivo de usar condones es que puedas protegerte a ti mismo y también a tus parejas.
Si los usas de la forma correcta, los condones pueden prevenir la transmisión de la mayoría de las infecciones de transmisión sexual (ITS), incluido el VIH.
La mayoría de los condones están hechos de látex, pero también puedes encontrar variedades de otro material. Estas otras variedades pueden ser sensibles y aumentar el placer, y son ideales para las personas alérgicas o sensibles al látex.
Los condones de piel natural o de oveja no ofrecen protección confiable contra el VIH y otras ITS, así que no son para nada recomendables.
Los condones vienen en diferentes tamaños. El ancho de la base de un condón suele aparecer en milímetros en la caja. Prueba distintos tamaños para encontrar el que te resulte mejor.
Los condones de buena calidad llevan una marca de cometa o de CE.
Los condones tienen fecha de vencimiento, así que siempre revisa esta información en el envase antes de comprarlo o usarlo.
Usar condones es fácil una vez que sabes cómo hacerlo, pero, como todo en la vida, es bueno practicar algunas veces para evitar pasar un momento incómodo después. Practicar contigo mismo es una buena forma de asegurarte de que sabes poner condones de la forma correcta.
Aquí te brindamos algunas pautas básicas para aprender a colocar un condón de manera adecuada. Asegúrate de que permanezca intacto y retíralo con cuidado.
Si crees que te has expuesto al VIH al tener relaciones sexuales sin protección, o si un condón se rompe o se sale durante el sexo anal, existe un tratamiento disponible para prevenir la infección por VIH.
La profilaxis posexposición (PPE) consiste en tomar una combinación de medicamentos antirretrovirales por cuatro semanas para evitar que el VIH se arraigue en el cuerpo.
Debes comenzar a tomar la PPE dentro de las 72 horas (3 días) a partir del momento de exposición al VIH (cuanto antes, mejor).
La PPE solo está disponible para quienes presenten una prescripción médica de un servicio de accidentes y urgencias (A&E, en inglés) y también se encuentra disponible en algunas clínicas especializadas en salud sexual e ITS. La PPE no se le prescribe a cualquier persona que la solicita. Hay una serie de pautas que se deben respetar para realizar prescripciones, y cada persona es evaluada según el riesgo de exposición al VIH en particular.
Si tú o tu pareja se encuentran en esta situación, busca asesoramiento médico cuanto antes.
Consulta la sección sobre PPE para obtener más información y saber dónde obtener asesoramiento y asistencia.
Ya sea que te prescriban la PPE o no, deberías hacerte pruebas de ITS si tuviste sexo y tu condón se rompió. Hacerte una prueba te ayudará a saber con certeza si tienes una ITS, incluso si no presentas ningún síntoma. Averigua dónde puedes hacerte una prueba aquí.
Si vas a tener sexo anal, debes usar mucho lubricante. Coloca una cantidad generosa de lubricante por toda la parte externa del condón, así como dentro y alrededor del ano. Asegúrate de aplicar más lubricante si el encuentro sexual será de larga duración.
Si decides utilizar condones de látex, usa solo lubricantes a base de agua o a base de silicona. Los lubricantes a base de petróleo (como la vaselina, el aceite para bebé o el aceite para masajes) dañan los condones de látex, por lo que nunca deben usarse juntos.
Estos son ejemplos de lubricantes compatibles con los condones de látex: “Wet Stuff”, “Pasante TLC”, “Liquid Silk” y “K-Y Jelly”. La mayoría de las farmacias y algunos supermercados grandes venden lubricantes, pero los sex shop suelen ofrecer una variedad incluso más amplia.
Nunca uses saliva como lubricante. De lo contrario, aumentarás el riesgo de que el condón se rompa, ya que la saliva se seca muy rápido. Nunca lubriques el pene antes de ponerte el condón porque esto puede aumentar el riesgo de que el condón se salga.